LA II REPUBLICA ESPAÑOLA
DE LA DERECHA.
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Todavía recuerdo cuando en el colegio estudiábamos la guerra
civil y la CEDA era nombrada y explicada aunque de manera un poco vaga, a
diferencia de otras corrientes del momento. Ciertamente no es que fuera ni mejor
ni peor, pero quizás pare entender a la CEDA hay que también entender un poco
el contexto existente del momento. La CEDA que surge como una confederación de
partidos en respuesta a los condicionantes del momento.
Pero para entenderla, hay que saber que esta no era antirrepublicana
como muchas personas siempre han entendido, aquí surgen dos corrientes de una
plataforma católica llamada acción nacional, dicha plataforma englobaban los
defensores de la religión y de la política social que emanaba de la iglesia.
Esta se dividía en dos bandos: Los que aceptaban la república entre los que
estaban José María Gil-Robles del que hablaremos más adelante por otro lado,
los monárquicos que no aceptaban la república que acabaron separándose de este
grupo tras el intento fallado de golpe de estado del general Sanjurjo en 1932.
Pero para explicar la aparición de la CEDA como tal, hay que
remitirse a febrero y abril de 1933. En estos años se celebran los congresos de
partidos de derechas, donde surge la denominada CEDA o Confederación Española
de Derechas Autónomas. Una coalición formada por partidos de todo tipo desde
monárquicos, liberales o agrarios. Ante todo les unía unos puntos en común que
giraban en torno a los valores católicos de España y sobre todo, una defensa
frente a la acción radicalmente laica del gobierno republicano como la de
eliminar los símbolos religiosos de las escuelas o romper el concordato con la
Santa Sede. Esta confederación llegó a ser el partido con mayor número de
militantes en torno a los 700.000 afiliados. Además tuvo gran arraigo en la
sociedad sobre todo porque se movía mucho a través de las asociaciones
religiosas.
En las elecciones de 1933 gana la CEDA con 115 diputados y
gobierna en coalición con el Partido Radical Republicano. En este caso ambos
gobiernan en un bienio que ha sido conocido como un bienio contra reformista,
en comparación al del gobierno anterior. Aunque también es verdad que no fue
una etapa fácil de la república. En este caso la izquierda perdió por que
claramente estaba desunida, sobre todo en el PSOE donde cada vez cobra más
fuerza un bando radical que busca la revolución marxista en España y que
posteriormente provocó la revolución de 1934. No fue una etapa fácil porque la izquierda
pasó a radicalizarse demasiado, en lugar de hacer una oposición constructiva,
las represalias contra la iglesia fueron aumentado, se sucedieron diversas
revueltas como la revolución de octubre de 1934 que por un lado fue una
revolución desde el mismo PSOE y por
otro lado, fue usado como conejillo de indias de excusa para unir a la
izquierda. Por otro lado también se empezaron a
suceder movientes independentistas como el de Cataluña del cual el
presidente de la Generalidad Catalana fue detenido.
Si bien es cierto que muchas veces se le echa la culpa a la
CEDA, la realidad es que el gobierno que estaba al mando en este momento era el
de Alejandro Lerroux con el Partido Radical Republicano, además de que los
ministros que gobernaban eran del mismo partido, por lo que normalmente en los
colegios se suele omitir bastante este detalle cuando se explica el papel de la
derecha en este etapa de la república.
Posteriormente ocurre otra etapa del gobierno donde empiezan
a tomar ministerios integrantes de la CEDA. Muchos lo achacan a una estrategia
de Gil-Robles, pero yo lo prefiero entender de una manera distinta que no he
oído hablar a muchos historiadores y es que, es sabido el carácter controvertido
de Lerroux. Lerroux era una persona por lo general explosiva, solía tener
varias personalidades y constantemente cambiaba de criterio o decisión.
Ciertamente fue una persona que supo llegar al poder pero no supo conservarlo,
esto dio paso a que bajara su
popularidad por muchas de sus decisiones, especialmente por la forma en la que
reprimió la revolución de octubre de 1934 o el intento de independencia de la
Generalidad de Cataluña.
Esto provocó que la CEDA pidiera la cabeza de los ministros
de Lerroux y fuera poniendo a los suyos. Aquí se dio una política que muchos
historiadores siempre han considerado como contraria a la del gobierno
anterior. La verdad es que no les falta razón, pero hay que decir en defensa,
que el problema no es que la CEDA hiciera lo contrario al gobierno anterior, es
que la CEDA reformó determinados elementos estructurales que estaban provocando
demasiada conflictividad social en beneficio de la clase obrera exclusivamente.
Por ejemplo intentó una política conciliadora con el sector católico de España
que era muy numeroso, volviendo a permitir la educación religiosa y sobre todo,
eliminando a los numerosos miembros de los consejos educativos que eran
militantes del PSOE y que estaban izquierdizando la educación.
Por otro lado estableció una política agraria más equitativa
con el propietario ya que el anterior gobierno estableció un sistema de
expropiación donde el propietario no participa de los precios, lo cual hizo que
estos pudieran incluso recurrir para evitar que les expropiaran fincas por poco
dinero. Crearon la expropiación forzosa por razón de utilidad pública, algo que
el siguiente gobierno del Frente Popular usó bastante.
En lo que se refiere a la política laboral ciertamente
debilitó el papel de los sindicatos y controlaron las huelgas abusivas, pues
estas más que un instrumento de protesta laboral, pasaron a ser un instrumento
de protesta política que dependía de los sindicatos que formaban parte de los
partidos de izquierda.
Ya en 1936 se suceden las siguientes elecciones y gana la
izquierda aunque no con poca polémica, pues el gobierno interino nunca llegó a
publicar por entero los resultados. Además en ciertas provincias hubo segundas
vueltas. Si bien la mayoría de los historiadores dan por ganador al Frente
Popular, es cierto que hubo mucha polémica sobre todo porque en ciertas
provincias se denunciaron prácticas fraudulentas y en otros donde ganó la CEDA
se anularon los resultados por causas que no se han llegado a entender.
Lo que está claro es que la CEDA perdió las elecciones más
que nada por la desunión que tuvo en su etapa final de gobierno, donde mucho de
sus grupos empezaron a integrarse en Falange Española ante la radicalización de
la política española y sobre todo, porque no estaban de acuerdo con el final de
mandato de la CEDA la cual pudo haber
provocado un golpe de estado cuando estaba de gobierno interino y no lo hizo,
entre ellos Franco ya estaba al acecho, lo cual hizo que muchas facciones se
retiraran. Ciertamente es difícil saber quién ganó, porque aunque el sistema
electoral era por listas abiertas, se votaba a cada candidato de manera
individual, por lo que tenía la dificultad de saber a quién se le daba el apoyo
en términos de coaliciones.Por lo tanto como hemos visto, aquí vemos una de las causas
más importantes que a mi juicio afectaron a la república como es ese exceso de
competitividad, polarización y sobre todo híper fragmentación, pues aunque
había grandes partidos, estos no eran estables, si no que eran una coalición de
muchos partidos a su vez o corrientes, que el sistema electoral no penalizaban
en caso de escisión.
La cuestión es que la CEDA surgió como un movimiento de
contestación quizás al gran defecto que tuvo la república, porque si bien no
todos los Cedistas eran antirrepublicanos como se suele decir, tampoco estaban
a favor de un movimiento que había ido en contra de lo que más le dolía a
muchas clases sociales mayoritarias en España, entre ellas la clase media. Esto
provocó que la CEDA surgiera como una necesidad a la contestación a un sistema
demasiado dominado por la izquierda y la clase media-baja, baja. Un sistema que
quiso una ruptura demasiado radical con valores y costumbres como eran las
religiosas, que siempre han caracterizado a la sociedad Española. El problema de la CEDA fue a su vez el mismo que el de los
gobiernos de izquierda de la república, una falta de unión y de políticas que
miraran por el interés general, sobre todo debido a ese constante panorama de
inestabilidad electoral que tenían todos los partidos, por lo que esto provocó
al final una excesiva radicalización que cargó contra los intereses de la república.
Aunque siempre se ha visto como un
partido que intentó quitar la dictadura, la CEDA como veremos en el discurso
más abajo, realmente siempre se postuló para cambiar ciertos excesos
democráticos que en cierto modo en la teoría eran muy buenos pero en la
práctica, provocaron abusos y exceso de conflictividad, empezando por el
sistema electoral de la República que hacía un panorama electoral demasiado
inestable.
Nos calumnian quienes dicen que las derechas
derogarán toda la legislación social. Derogaremos aquello que suponga un abuso,
no las legítimas conquistas del obrero. Derogaremos los excesos socialistas,
que han destruido la economía y acrecentado el paro y la miseria, pero
mantendremos y aún reforzaremos la protección a las clases trabajadoras.
Exaltaremos el trabajo honrado, iremos al establecimiento del salario familiar,
de la propiedad familiar y de los seguros, y aumentaremos los pequeños
propietarios.
Cada región tiene su carácter y su ambiente propios. Por esto somos regionalistas y no queremos imponer a las regiones el yugo de una legislación centralista y unitaria. Queremos para ellas una autonomía racional que no disgregue, sino que una. Contrarios al separatismo, sí; pero también a que el desconocimiento regional pueda impulsar al separatismo. Queremos la autonomía que nace de nuestra tradición, de nuestr
Obtendremos un éxito clamoroso, constituiremos la minoría más numerosa del Parlamento; pero no asumiremos aún las responsabilidades del poder. Gobernaremos desde fuera, ya que haremos imponer nuestro criterio para que no se pueda actuar contra las derechas. Nos mantendremos a la expectativa de la disolución de nuestros adversarios y de los partidos que hoy se llaman de centro y antes fueron revolucionarios. Dejaremos que gobiernen esos antiguos revolucionarios, alguno de los cuales ha llegado a rezar hoy el Padrenuestro. Y así nos convertiremos en herederos legítimos de esas combinaciones.
En el mundo entero están fracasando el parlamentarismo y los excesos de la democracia. Por eso, nosotros no sólo atacamos a la Constitución en su parte dogmática, donde se encuentran todos los atropellos a nuestra conciencia, sino también en su parte orgánica, que contiene un exceso de democracia, el parlamentarismo que está hundiéndose en el mundo entero. Ante estas corrientes antidemocráticas que llegan a España, las próximas Cortes pueden suponer el desprestigio del Parlamento. No podemos caer envueltos en su descrédito. Las derechas deben constituir la reserva para el porvenir, cuando hayan fracasado los partidos de centro.
No queremos, además, que el país esté dando saltos de un extremo a otro, de la anarquía a la dictadura, de la violencia de las masas a la violencia de la dictadura. Aspiramos a centrar la política, con un sentido nacional inspirado en la tradición, en los principios de derecho público cristiano, que frena los excesos de la dictadura y de la democracia. Los partidos políticos se deshacen y surge un movimiento nacional amplio, sin exclusivismos ni clientelas, que busca la colaboración de todos los españoles. Acción Popular nació para esto. Por eso me dirijo con palabras de paz y de concordia a todos los españoles ( ... ).
Discurso de Jose María Gil-Robles al cierro de campaña de
1933.
Javier. P. Bautista
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