viernes, 28 de octubre de 2016

DESMONTANDO MITOS ELECTORALES


FALSOS MITOS DEL VOTO EN BLANCO

Seguramente todos habéis escuchado que no hay que votar en blanco, que el voto en blanco beneficia a los grandes partidos, que el voto en blanco perjudica a los partidos pequeños o que el voto en blanco desvirtúa el resultado entre otras cosas. Son muchos los mitos que hay creado en torno al voto en blanco, pero ¿Realmente tiene esos efectos que se le atribuyen? ¿Cuáles son sus efectos? En este artículo vamos a dar las claves para explicar el efecto del voto en blanco, siendo uno de los elementos de nuestro sistema electoral que constantemente está rodeado de mitos, ya que el efecto manipulatorio de partidos políticos y asociaciones es más que evidente de cara a los diversos elementos del sistema electoral, simplificando conceptos que en su estudio son complejos.
Realmente sobre el voto en blanco no hay estudios fehacientes y en cantidades suficientes como para tener una idea clara sobre el mismo, de manera que aunque hay estudios y bastante buenos, realmente no hay una conclusión clara y general al respecto aunque si se saben ciertas cosas. Una de las realidades sobre el voto en blanco más constatadas es a pesar de su carácter residual, pues no ha pasado nunca del 2%, ha habido en las últimas elecciones generales un claro aumento pasando del 1,6% en 2004 al 1,8% en 2011 y bajando en 2016 a 0,75%. Quizás pudiera ser uno de los motivos más fehacientes por los que no suele ser demasiado estudiado el voto en blanco.


Si nos atenemos al voto en blanco este puede ser agrupado en tres maneras de entenderlo:

A. En la mayoría de países se tiene el voto como nulo, de manera que este voto no se cuenta.

B. Otros países donde se tiene la opción de votar ``a ninguno de ellos´´ como en la India.

C. En países como España, Francia o Italia, el voto en blanco se cuenta en el recuento final.

Entre las explicaciones más comunes de por qué se vota en blanco, principalmente se barajan dos:

A. Un voto de protesta, es decir, personas que van a los colegios a votar pero que no quieren votar por ninguna opción existente o personas que por no abstenerse van a votar aunque no quieran votar a ninguna candidatura por decepción con los demás partido.

B. Voto por falta de información: El típico voto abstencionista de persona con baja formación, bajo número de relaciones sociales, baja información política y por lo general, personas que no participan demasiado en la sociedad o no están capacitados para votar.

Pero la realidad no es del todo así, la realidad es que por lo general lo que se sabe del voto en blanco, es que este suele venir de un público joven y de izquierdas, un perfil muy típico del abstencionista pero separado de dicho perfil por el nivel de estudios, es decir, el votante en blanco es una persona normalmente con título universitario y por tanto, se puede inferir que este es más un voto de protesta que un voto por falta de información.




Pero ¿Cuál es su efecto?

El voto en blanco a nivel general y por cómo hemos comentado anteriormente, al no ser un voto especialmente masivo sino más bien un voto residual, no tiene un carácter relevante en el resultado, pero sí que afecta en pequeña medida al umbral legal. Para los que no lo sepan, en nuestro sistema electoral hay dos umbrales:

A. Umbral legal: Es el número de votos mínimos que tiene que tener un partido para participar del reparto de escaños y que está establecido por ley, siendo en las generales del 3% y en las municipales un 5%.

B. Umbral efectivo: Es el número de votos mínimo que debe obtener un partido para participar del reparto de escaños, sin embargo, la diferencia es que el umbral legal en connivencia con otros elementos de nuestro sistema como la magnitud, el número de partidos, etc…hace que el umbral legal aumente y por tanto, si para las generales hay que obtener un 3% de los votos como mínimo, el umbral efectivo puede estar en un 5%, siendo este el que se da en la realidad.


Y es que el voto en blanco afecta al umbral porque contra más voto en blanco exista, mas voto válido hay y por tanto, más sube el umbral efectivo, es decir, ese voto válido no va para nadie pero se cuenta, por lo tanto hace que el escaño cueste más caro que si no se cuenta como nulo. Poniendo un ejemplo de ello: Si en un pueblo con 200 habitantes, 100 votan al partido A y otros 100 se abstienen hay que sacar cinco votos para obtener escaño. Si en ese pueblo todos votan en blanco, el mínimo de votos sería de 10. Como se observa, el voto válido se cuenta, haciendo que cada vez exista menos voto disponible y por tanto, más caro el escaño.


Poniendo algunos ejemplos ocurridos en España:


A. En las elecciones generales concretamente el distrito de  Barcelona, en el año 1977 Alianza Popular estuvo apunto de quedarse fuera del reparto de escaños si el voto en blanco hubiera llegado al 6%.

B. En 1993 en el distrito de Madrid, el CDS se quedó a 438 votos en las generales, de manera que si el voto en blanco hubiera sido un poco más residual, probablemente hubiera salido.

C. El caso más escandaloso fue en las elecciones municipales de 2011 en el pueblo de Alduna en Guipúzcoa donde 287 personas votaron en blanco siendo la mayoría y el único partido que sacó votos fue el PP con 12 votos, por lo que no se pudo constituir gobierno por que no llegó para repartir los escaños.

Como veis, la cuestión no es que le voto en blanco le de votos a los grandes partidos, es que perjudica a los partidos pequeños a través del umbral mínimo de votos que se le exige a los partidos, de manera que el sistema electoral es como un conjunto de elementos que en interacción y a distintos niveles cada uno, produce unos resultados u otros casi como un organismo vivo. Sin embargo la idea central es que realmente el voto en blanco tampoco tiene un valor significativo que tenga capacidad de influir en los resultados de las elecciones.


Javier. P. Bautista.

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