FALSOS MITOS DEL VOTO EN BLANCO
Seguramente todos habéis escuchado que no hay que votar en
blanco, que el voto en blanco beneficia a los grandes partidos, que el voto en
blanco perjudica a los partidos pequeños o que el voto en blanco desvirtúa el
resultado entre otras cosas. Son muchos los mitos que hay creado en torno al
voto en blanco, pero ¿Realmente tiene esos efectos que se le atribuyen? ¿Cuáles
son sus efectos? En este artículo vamos a dar las claves para explicar el
efecto del voto en blanco, siendo uno de los elementos de nuestro sistema
electoral que constantemente está rodeado de mitos, ya que el efecto
manipulatorio de partidos políticos y asociaciones es más que evidente de cara
a los diversos elementos del sistema electoral, simplificando conceptos que en
su estudio son complejos.
Realmente sobre el voto en blanco no hay estudios fehacientes
y en cantidades suficientes como para tener una idea clara sobre el mismo, de
manera que aunque hay estudios y bastante buenos, realmente no hay una
conclusión clara y general al respecto aunque si se saben ciertas cosas. Una de
las realidades sobre el voto en blanco más constatadas es a pesar de su carácter
residual, pues no ha pasado nunca del 2%, ha habido en las últimas elecciones
generales un claro aumento pasando del 1,6% en 2004 al 1,8% en 2011 y bajando
en 2016 a 0,75%. Quizás pudiera ser uno de los motivos más fehacientes por los
que no suele ser demasiado estudiado el voto en blanco.
Si nos atenemos al voto en blanco este puede ser agrupado en
tres maneras de entenderlo:
A. En la mayoría de países se tiene el voto como nulo, de
manera que este voto no se cuenta.
B. Otros países donde se tiene la opción de votar ``a
ninguno de ellos´´ como en la India.
C. En países como España, Francia o Italia, el voto en
blanco se cuenta en el recuento final.
Entre las explicaciones más comunes de por qué se vota en
blanco, principalmente se barajan dos:
A. Un voto de protesta, es decir, personas que van a los
colegios a votar pero que no quieren votar por ninguna opción existente o
personas que por no abstenerse van a votar aunque no quieran votar a ninguna
candidatura por decepción con los demás partido.
B. Voto por falta de información: El típico voto abstencionista
de persona con baja formación, bajo número de relaciones sociales, baja
información política y por lo general, personas que no participan demasiado en
la sociedad o no están capacitados para votar.
Pero la realidad no es del todo así, la realidad es que por
lo general lo que se sabe del voto en blanco, es que este suele venir de un
público joven y de izquierdas, un perfil muy típico del abstencionista pero
separado de dicho perfil por el nivel de estudios, es decir, el votante en
blanco es una persona normalmente con título universitario y por tanto, se
puede inferir que este es más un voto de protesta que un voto por falta de
información.
Pero ¿Cuál es su efecto?
El voto en blanco a nivel general y por cómo hemos comentado
anteriormente, al no ser un voto especialmente masivo sino más bien un voto
residual, no tiene un carácter relevante en el resultado, pero sí que afecta en
pequeña medida al umbral legal. Para los que no lo sepan, en nuestro sistema
electoral hay dos umbrales:
A. Umbral legal: Es el número de votos mínimos que tiene que
tener un partido para participar del reparto de escaños y que está establecido
por ley, siendo en las generales del 3% y en las municipales un 5%.
B. Umbral efectivo: Es el número de votos mínimo que debe
obtener un partido para participar del reparto de escaños, sin embargo, la
diferencia es que el umbral legal en connivencia con otros elementos de nuestro
sistema como la magnitud, el número de partidos, etc…hace que el umbral legal
aumente y por tanto, si para las generales hay que obtener un 3% de los votos
como mínimo, el umbral efectivo puede estar en un 5%, siendo este el que se da
en la realidad.
Y es que el voto en blanco afecta al umbral porque contra
más voto en blanco exista, mas voto válido hay y por tanto, más sube el umbral
efectivo, es decir, ese voto válido no va para nadie pero se cuenta, por lo
tanto hace que el escaño cueste más caro que si no se cuenta como nulo.
Poniendo un ejemplo de ello: Si en un pueblo con 200 habitantes, 100 votan al
partido A y otros 100 se abstienen hay que sacar cinco votos para obtener
escaño. Si en ese pueblo todos votan en blanco, el mínimo de votos sería de 10.
Como se observa, el voto válido se cuenta, haciendo que cada vez exista menos
voto disponible y por tanto, más caro el escaño.
Poniendo algunos ejemplos ocurridos en España:
A. En las elecciones generales concretamente el distrito de Barcelona, en el año 1977 Alianza Popular
estuvo apunto de quedarse fuera del reparto de escaños si el voto en blanco
hubiera llegado al 6%.
B. En 1993 en el distrito de Madrid, el CDS se quedó a 438
votos en las generales, de manera que si el voto en blanco hubiera sido un poco
más residual, probablemente hubiera salido.
C. El caso más escandaloso fue en las elecciones municipales
de 2011 en el pueblo de Alduna en Guipúzcoa donde 287 personas votaron en
blanco siendo la mayoría y el único partido que sacó votos fue el PP con 12
votos, por lo que no se pudo constituir gobierno por que no llegó para repartir
los escaños.
Como veis, la cuestión no es que le voto en blanco le de
votos a los grandes partidos, es que perjudica a los partidos pequeños a través
del umbral mínimo de votos que se le exige a los partidos, de manera que el
sistema electoral es como un conjunto de elementos que en interacción y a
distintos niveles cada uno, produce unos resultados u otros casi como un
organismo vivo. Sin embargo la idea central es que realmente el voto en blanco
tampoco tiene un valor significativo que tenga capacidad de influir en los
resultados de las elecciones.
Javier. P. Bautista.